Ambas compitieron en la categoría de Mejor Película
Anora, una historia de Cenicienta en un club de desnudistas sin el final de un cuento de hadas, fue coronada como Mejor Película en la 97a edición de los Premios de la Academia el domingo, entregando al melodrama de Sean Baker ambientado en Brooklyn el máximo galardón de Hollywood.
En una temporada de Oscars muy fluctuante, Anora, la ganadora de la Palma de Oro en el Festival de Cine de Cannes, emergió como la improbable favorita. La historia de Baker sobre una bailarina erótica que se fuga con el hijo de un oligarca ruso -inusualmente explicita para una ganadora a la mejor película- se hizo por solo 6 millones de dólares.
Pero los votantes del Oscar que evitaron contendientes como exitosas en taquilla como Wicked y Dune: Part Two, agregaron a Anora a una serie de recientes ganadoras de mejor película independientes, incluidas Everything Everywhere All at Once, CODA y Nomadland. Anora se llevó a casa cinco grandes premios, incluyendo cuatro para su director independiente. Baker ganó los Oscars de mejor dirección, mejor guion y mejor edición.
Para una industria cinematográfica que ha sido transformada por el streaming y humillada por la turbulencia económica, Baker y Anora personificaron una especie de pureza cinematográfica. En la campaña, Baker pidió el regreso a un estreno teatral exclusivo de 90 días.
“¿Dónde nos enamoramos de las películas? En el cine”, dijo Baker el domingo. “Cineastas, sigan haciendo películas para la gran pantalla”.
Al ganar personalmente cuatro premios Oscars el domingo, Baker empató la marca de Walt Disney, quien ganó por cuatro películas diferentes en 1954. Que Baker y Disney compartan el récord es irónico; “The Florida Project” de Baker se desarrolló en un motel de bajo presupuesto de Florida a la sombra de Disneyland.
“¡Larga vida al cine independiente!”, gritó Baker desde el escenario del Teatro Dolby.
Otros premios repartidos
Ocho de las 10 nominadas a mejor película se llevaron al menos un premio en una ceremonia animadamente presentada por Conan O’Brien, que favoreció el canto y el baile sobre las declaraciones políticas contundentes. Los premios de actuación fueron para Madison, Adrien Brody, Kieran Culkin y Zoe Saldaña.
Veintidós años después de ganar el Oscar a mejor actor por The Pianist, Brody ganó el mismo Oscars nuevamente por su interpretación como otro sobreviviente del Holocausto en The Brutalist de Brady Corbet. Su victoria se dio sobre Timothée Chalamet de A Complete Unknown, quien tenía la la oportunidad de convertirse en el actor más joven en ganar el premio, un récord que pertenece a Brody.
“Estoy aquí una vez más para representar los traumas persistentes y las repercusiones de la guerra y la opresión sistemática, así como del antisemitismo y el racismo”, dijo Brody. “Rezo por un mundo más saludable, feliz e inclusivo. Si el pasado puede enseñarnos algo, es que no debemos permitir que el odio quede sin control”.
Madison ganó el premio a mejor actriz por su actuación revelación en Anora, una victoria que se dio sobre la favorita de la categoría, Demi Moore de The Substance. Tanto ella como Baker hablaron, como lo hicieron en el Festival de Cine de Cannes donde Anora ganó la Palma de Oro, sobre honrar las vidas de las trabajadoras sexuales.
La agobiada película de Netflix, Emilia Pérez, la principal nominada de la noche, se llevó a casa dos premios: mejor canción y mejor actriz de reparto, para Saldaña, después de que un escándalo causado por tuits ofensivos de la estrella Karla Sofía Gascón afectara sus posibilidades.
“Soy una orgullosa hija de padres inmigrantes con sueños, dignidad y manos trabajadoras”, dijo Saldaña. “Soy la primera estadounidense de origen dominicano en aceptar un Premio de la Academia, y sé que no seré la última”.
Una victoria esperada y una sorpresa
El primer premio de la noche, presentado por Robert Downey Jr., fue para Kieran Culkin como mejor actor de reparto. Culkin había avanzado fácilmente a lo largo de la temporada, recogiendo premio tras premio, por su actuación junto a Jesse Eisenberg en “A Real Pain”.
“No tengo idea de cómo llegué aquí”, dijo Culkin, “solo he estado actuando toda mi vida”.
La mayor sorpresa al principio llegó en la categoría de mejor película animada. “Flow”, la película letona muda, superó a The Wild Robot de DreamWorks Animations. La victoria de “Flow”, una parábola ecológica sobre un gato en un mundo inundado, fue el primer Oscars en la historia para una película letona.
Fuente: El Vocero
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